Lean Thinking o Pensar Lean

El Lean Thinking o  pensamiento lean se basa en hacer más con menos, es decir, en aportar más valor al producto manufacturado utilizando menos recursos y que a su vez esto repercuta positivamente en el cliente final.

Para conseguirlo se utilizan una serie de métodos y herramientas que permiten gestionar la empresa de una forma más efectiva, eliminado las diferentes desperdicios, causas de despilfarro y que no aportan valor (mala gestión de los costes, excesivos tiempos de entrega, moral baja de los empleados, no producir bien a la primera, etc).

Mediante la mejora del rendimiento de los recursos humanos y de la eficacia de los procesos automáticos conseguimos aumentar la eficacia de nuestro sistema de producción y con ello a nuestros clientes, al entregarles un producto de mejor calidad y lo antes posible.

 Idear una estrategia clave sería el primer paso hacia el camino a la excelencia.

Los principios clave de la mejora continua en el Lean Thinking son:

• Calidad perfecta a la primera: búsqueda de cero defectos, detección y solución de los problemas en su origen, producir a la primera.
• Minimización del despilfarro: eliminar todas las actividades que no son de valor añadido y redes de seguridad para detectarlo, optimizar el uso de los recursos escasos (capital, gente y espacio).
• Mejora continua: reducción de costes, mejora de la calidad, aumento de la productividad, aumento de la capacidad y compartir la información o mejores prácticas.
• Procesos «pull»: los productos son tirados (en el sentido de solicitados) por el cliente final, no empujados por el final de la producción. Eliminación de grandes stocks.
• Flexibilidad: hay que producir rápidamente diferentes mezclas de gran variedad de productos, sin sacrificar la eficiencia debido a volúmenes menores de producción o construcción y mantenimiento de una relación a largo plazo con los proveedores tomando acuerdos para compartir el riesgo, los costes y la información del producto.